Al escuchar las palabras "Edad Media", es inevitable no asociarlas con "oscuridad" o "ideología". Pero este semestre en la carrera me ha enseñado que no es así, por lo menos no tanto. Averroes fue uno de los grandes comentaristas de Aristóteles. Gracias a él, no se perdieron varios tratados del Estagirita. Hoy les cuento, en sólo unos párrafos, lo que aprendí de Averroes acerca de la felicidad.
Lo que he aprendido de Averroes, gracias al profe Alonzo, es que la felicidad es aquello a ser realizado a través del escenario por el que nos esforzamos a pensar. No es como un punto final teleológico, porque nunca llegaríamos ahí por nuestra naturaleza finita.
Entonces la felicidad no se piensa como un acto realizado, sino que debe ser a través del estudio. Somos felices y dioses porque estamos estudiando y desarrollando nuestras potencialidades. Es un cultivo de la infancia. No estudiamos para ser adultos sino para ser más niños con más potencialidades y, por consecuencia, con más libertad.
Es un perpetuo intento de permanecer siendo niño. Reconocer lo limites del pensamiento humano. Me equivocaré irremediablemente, entonces mi objetivo no será evitarlo, sino equivocarme y encontrar ahí la realización. Porque en el reconocimiento está la liberación de cualquier fin.
Se trata de una renuncia a las búsquedas de encontrar el nombre de Dios o el número perfecto, sino reconocer que la felicidad está en trabajar o estudiar para abrir la potencialidad y ser más libres.
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