Elon Musk presentó los nuevos avances de Neuralink. ¿Qué tiene que decir Mary Shelley al respecto?
Hoy es buen pretexto para subir esta foto. Es el cumpleaños de Mary Shelley, autora de este librazo llamado “Frankenstein".
Hoy más que nunca, Frankenstein sigue vigente. Es un libro que, en pocas páginas, toca y analiza temas como: religión, ciencia, educación, etc., de una manera muy profunda. Aunque el libro se escribió hace doscientos años atrás, sigue siendo muy vigente. Realmente a cada capítulo se le puede sacar miles de temas y análisis acerca de la crítica subliminal que hace Mary sobre el mundo y la sociedad. ¡Es fascinante!
“Yo debería ser su Adán... pero, bien al contrario, soy un ángel caído [...]. ¡Hazme feliz y volveré a ser bueno!”
La premisa principal es el mostrar las consecuencias que tiene el avance científico. Frankenstein (así se llama el doctor, el mounstro no tiene nombre) logra darle vida a un ser pero, en ese mismo momento, se arrepiente. Todo el libro trata de Frankenstein siendo infeliz por haber logrado lo que todo científico en ese momento quería lograr: descubrir el secreto de la vida. ¿No se supone que ese descubrimiento traía la gloria y la felicidad bajo los brazos para aquel que lo descubriera?
Frankenstein no es una obra anticientífica, sino un relato que nos advierte sobre los peligros de una curiosidad científica sin control. Una historia de ciencia y terror que plantea preguntas que investigadores y ciudadanos siempre tendrán que responder: ¿Quién decide qué debe investigarse?, ¿Qué límites éticos pueden traspasarse, cuándo, cómo y por qué? Aquí es donde entra Elon…
El 28 de agosto de 2020, Elon Musk presentó el chip Neuralink. Tiene la finalidad de conectar el cerebro a una interfaz con la finalidad de curar enfermedades como la depresión, convulsiones y ceguera. Ya es una realidad. Informó que está buscando talento para que colaboren con él en la creación y mejoras tanto del chip como del robot que hará la cirugía, el cual pretende hacerla en menos de una hora y sin anestesia. Se busca, además, que en unas décadas Neuralink permita conducir autos con la mente, jugar videojuegos sin un mando y comunicarnos con sólo la mente.
"Habrá problemas éticos y de seguridad que resolver, y durante mucho tiempo, es probable que alguien tenga una necesidad médica real para acceder a esta tecnología" – Elon Musk.
Lo más seguro es que él tiene una idea de las consecuencias que puede traer esto. Lo primero que uno puede sentir es un rechazo ante este avance, así como le pasó a la creación de Frankenstein. ¿Pero realmente será malo? Supongo que siempre habrá algo que sacrificar cuando se crea algo nuevo. Claro, el ser humano no será igual si esto llega a hacerse realidad por completo. Por supuesto que hay, y habrá, un interés económico y político detrás de esto. Hollywood ya se ha encargado de darnos ejemplos de tal escenario.
En muchos momentos, el monstruo le reclama a Frankenstein la razón de crearlo. Para el monstruo, fue creado sólo para sufrir. Su felicidad se reduce a sus primeros días, donde no conocía nada ni a nadie. Parece una conversación entre el ser humano y Dios. Aunque él puede hacer las cosas más rápidas y mejor que el ser humano, es rechazado por su aspecto. ¿Pasará esto con la gente que traiga el chip? Para el monstruo, el poder conocer ha sido más una maldición que una bendición. Es por eso, y por muchos otros temas que omitiré, que Mary Shelley es tan importante para esta época y la siguiente. El ser humano está cerca de tener a su creación. Lo que tanto se buscaba en la ciencia, por fin está a punto de cumplirse. ¿Será que viviremos el live action de Frankenstein en carne propia, o lograremos darle la vuelta?
Hoy puede que Elon sea el “Frankenstein” o “el Da Vinci del siglo XXI”, y me emociona ser contemporáneo a él. Sin duda estamos viendo la creación de una etapa que Terminator, Georrge Orwell y Black Mirror nos habían anticipado. GTP-3 (una IA de OpenAI, empresa de Musk) ya nos demostró que una IA puede escribir un texto tan coherente acerca de cualquier tema como lo hubiera hecho un ser humano, con sólo darle una frase de referencia. Los libros impresos antes del 2020 valdrán más porque serán los únicos escritos con garantía de que no los escribió una IA.
Mary Shelley nos muestra que el progreso no es malo. Lo que nos puede perjudicar es progresar sin pensar en las consecuencias. ¿Para qué nos dieron el fuego los dioses?- se pudo haber preguntado Mary al escribir Frankenstein. Sin duda, para Elon Musk no hay otra alternativa para salvarnos más que evolucionar, sus empresas lo demuestran. Ojalá él sea la versión de Frankenstein donde está a gusto con su creación y, tanto él como su creación, no representa un peligro para la humanidad.
Frankenstein creó un ser vivo sin sentirse responsable de su cuidado, sin reflexionar sobre las necesidades y aspiraciones de un ser inteligente y pasional que, a diferencia de los hombres, no necesita matar para comer. Mucho que pensar ante esto.
“Yo debería ser su Adán... pero, bien al contrario, soy un ángel caído [...]. ¡Hazme feliz y volveré a ser bueno!”
¿Será que el avance tecnológico nos hará más felices y, por lo tanto, buenos? Por eso y más, Mary Shelley y Frankenstein siguen vigentes. Es increíble lo que ella a la edad de dieciocho años logró capturar en ese libro. Han pasado doscientos años y Mary Shelley sigue hablándonos. Eso es la eternidad.
¡Feliz día a ella y a Frankenstein!
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